Cuando se emprende una reforma integral en casa, la atención suele centrarse en los elementos más visibles: suelos, paredes, cocina, baño o distribución del espacio. Sin embargo, hay un aspecto fundamental que a menudo se pasa por alto y que es clave tanto desde el punto de vista de la seguridad como del diseño: las puertas y cerraduras. Renovar la cerrajería en este tipo de obras no solo es recomendable, sino que debería considerarse una parte esencial del proceso.
Tabla de contenidos
ToggleContar con la colaboración de profesionales es fundamental en este aspecto. Para elaborar este artículo hemos consultado a Mikel Eizaga Cerrajeros, una empresa especializada que ha compartido su experiencia sobre cómo afecta una reforma integral a los sistemas de cierre y por qué conviene revisar y actualizar estos elementos durante la obra.
La seguridad va más allá de la estética
Uno de los errores más comunes al reformar una vivienda es mantener las cerraduras originales por el simple hecho de que «todavía funcionan». Pero que una cerradura funcione no significa que esté cumpliendo con su función principal: proteger el hogar. La mayoría de las cerraduras instaladas hace más de diez años no cuentan con los niveles de seguridad que exigen los estándares actuales, y muchas pueden abrirse fácilmente mediante técnicas como el bumping, el ganzuado o incluso con métodos más rudimentarios como la palanca.
Mikel Eizaga, desde su experiencia profesional, explica que “cuando se reforma una vivienda, la puerta suele ser lo último en cambiarse, pero muchas veces es el primer punto por el que un ladrón intenta acceder. Si has invertido en ventanas nuevas, domótica o aislamiento térmico, pero mantienes una cerradura anticuada, dejas una vía abierta”.
Hoy en día, existen soluciones mucho más avanzadas, desde cerraduras anti-bumping y sistemas multipunto, hasta bombines con protección contra taladro o llaves incopiables. Incorporarlas durante una reforma no solo es más eficiente —ya que se aprovechan los trabajos que ya están en marcha— sino que es una inversión sensata a medio y largo plazo.
El estado de las puertas también cuenta
Además de las cerraduras, las propias puertas merecen una atención especial. En muchas reformas se cambian las puertas interiores por cuestiones estéticas, pero se suele conservar la puerta de entrada si se encuentra “en buen estado”. El problema es que ese “buen estado” puede ser engañoso. Una puerta que aparentemente no tiene daños puede estar fabricada con materiales obsoletos, contar con una estructura fácilmente forzable o carecer de elementos de refuerzo adecuados.
Desde Mikel Eizaga Cerrajeros señalan que “una puerta blindada de hace 15 años no tiene nada que ver con una puerta acorazada actual. Hoy existen puertas que combinan diseño, resistencia al fuego, aislamiento acústico y protección antirrobo en un solo producto. Renovarla durante la reforma es una decisión práctica y coherente”.
Al cambiar la puerta principal también se pueden integrar tecnologías más modernas como los mirillas digitales, cerraduras electrónicas o incluso sistemas conectados al móvil, que permiten abrir o controlar el acceso sin necesidad de estar en casa.
Además, aunque el principal motivo para cambiar cerraduras y puertas suele ser la seguridad, no hay que olvidar que también juegan un papel importante en la estética del hogar. En una vivienda reformada, donde todo luce renovado, una puerta vieja o una cerradura deteriorada puede desentonar con el conjunto y romper la armonía visual.
¿Por qué contar con un cerrajero profesional?
Durante una reforma integral se tiende a dejar en manos del arquitecto o del jefe de obra todas las decisiones técnicas. Sin embargo, en lo que se refiere a puertas y cerraduras, lo más recomendable es contar con cerrajeros especializados que evalúen las necesidades reales de la vivienda y asesoren sobre las opciones más adecuadas.
Mikel Eizaga Cerrajeros insiste en que “no todas las puertas sirven para todos los hogares. Hay que analizar el tipo de vivienda, su ubicación, si se trata de un piso o una casa unifamiliar, si se encuentra en una zona urbana o más aislada, etc. Un buen cerrajero no solo instala, sino que asesora con criterio”.
Además, al contratar un profesional cualificado se garantiza una instalación correcta, algo fundamental para que lascerraduras y puertas funcionen con la máxima eficacia. Una cerradura mal instalada puede dejar huecos, torcerse con el uso o, peor aún, ser fácilmente manipulable desde el exterior.
Incluir a cerrajeros profesionales en el proceso es una garantía de que cada detalle se tendrá en cuenta y que el resultado final será coherente, funcional y seguro. Porque una casa reformada no está realmente terminada si sus puertas siguen siendo las mismas que hace veinte años.